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  • Foto del escritorJimmy Garcia Camargo

Mi Historia en México

En México existía un instituto que dictaba, a nivel profesional, una carrera de comunicación que se llamaba CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN.


Conseguí, por intermedio de la embajada de México en Bogotá, información al respecto. Por ello renuncié a la emisora NUEVA GRANADA, y me fui para la ciudad de los “manitos.”


Me hospedé, en principio por unos días en un hotel, pero en México también me estaba esperando mi destino… Un día antes de salir de Colombia, un pariente me pidió el favor de llevarle una carta a un mexicano amigo suyo y estuvo en el aeropuerto, el día de mi partida, con la misiva, lo que me obligó a cumplir con la encomienda. Un día tomé un taxi y me fui a la Colonia COYACAN, que era la dirección que tenía el sobre que debía entregar en el despacho del señor Remigio Lozano. Para hacer corto el cuento a este señor le caí bien, desde el principio me trató como si fuéramos conocidos de vieja data y me invitó a cenar en dos oportunidades en su apartamento, donde conocí a su esposa, de nombre Ángeles, y su hija de cinco años Kyli. Les comenté de mis estudios y que estaba consiguiendo una pieza, porque el hotel me salía muy caro; Remigio me dijo: -Hemos estado comentando con Ángeles, que nosotros te podemos ofrecer esa pieza que buscas, ya que como Kyli no necesita, por ahora, una habitación para ella y la mayoría de las noches las pasa con nosotros, te damos esa habitación y te la adecuamos para que tengas facilidad de estudiar, por ello le pondremos un televisor, un radio y un pequeño escritorio para que hagas tus labores. Ante semejante oferta la acepté y allí conviví durante toda mi permanencia en México y ellos fueron mi familia en México.



Kyli, estaba pendiente de las cartas que me escribían desde Colombia y cuando yo

llegaba, salía corriendo gritando:


-te tengo tus cartas.



Recuerdo también que tuve un compañero de habitación, pero dormía en la terraza del edificio, donde tenía una jaula y dentro de ella una caneca metálica donde dormía. Era el perro de la familia. La terraza quedaba puro encima de mi pieza, por lo que los movimientos del perro, dentro de la caneca que reposaba en un piso de cemento, producía un sonido que no me dejaba dormir, hasta que me acostumbré y muchas veces hasta me hacía falta compartir el sueño con los sonidos del perro. El edificio donde estaba el apartamento quedaba en La Colonia Roma Sur, la que pude revivir cuando Netflix presentó la película ROMA.



Al día siguiente al llegar a México me presenté y llené los requisitos para ser alumno DEL COLUMBIA COLLEGE PANAMERICANO. La carrera era de ocho semestres y como era lógico, sin preguntarme me matricularon en PRIMER SEMESTRE. El porqué de esta acotación, es porque al mes de estar en primer semestre, me llamaron de la Dirección y me dijeron que yo estaba sobrado en primer semestre y que debía pasar al segundo. Yo… encantado subí.




Pero, al mes, me subieron de nuevo a tercer semestre. ¿Cuál fue la razón? En Colombia, yo había tenido una Licencia de Locutor y una experiencia en Radio, en emisoras como Radio Nariño, Radio Metropolitana, La Voz de Colombia y Emisora Nueva Granada. Y en los primeros semestres, en México, dictaban el tema de La Radio, aunque yo nunca dije nada, los profesores se daban cuenta de mi conocimiento en la materia y por eso me subían de semestre. Yo agradecí la honestidad de los profesores y directivas y seguí adelante cumpliendo con las otras materias en los semestres correspondientes.


Estando estudiando, se me presentaron varios hechos que me dieron no solo oportunidades, sino grandes satisfacciones.


Lo primero, fue que mis compañeros, cuando se dieron cuenta de que yo era locutor, me convirtieron en su locutor preferido para grabar los trabajos, ya fuera de Radio o televisión, porque dicho sea de paso, teníamos una cabina de Radio y un pequeño estudio de Televisión, con equipos profesionales en las mismas instalaciones de TELEVICENTRO. La Razón de tener estas comodidades era que el dueño de la institución educativa era igualmente el magnate de la Radio y la Televisión mexicanas: Señor Emilio Azcárraga.


Otro momento para destacar fue que, estando sentado en las instalaciones de la cafetería: “TELEBOLITO”, llegó corriendo el director de un noticiero de Televisión y se dirigió a mí directamente, y me dijo:

-yo lo he visto en las prácticas que usted hace en su estudio, ¿usted ya es locutor?,


le dije:


-sí señor, y volvió a peguntar:


-¿tiene licencia para leer noticias?,


-sí señor,


e inmediatamente me dijo:


-es que mi locutor del noticiero tuvo un problema y no ha llegado, ¿usted lo quiere reemplazar?,


en medio de mi sorpresa, le dije:


-bueno, si usted cree que puedo reemplazar a su locutor, vamos.


Con mucho nerviosismo, que poco a poco fui manejando, logré salir airoso de tan difícil compromiso. Solo hasta ese momento se me ocurrió preguntarle si no había ningún problema, por ser yo extranjero, este señor se puso pálido,


-¿usted no es mexicano?,


le dije:


-no señor, yo soy colombiano;


se tomó la cabeza a dos manos y dijo:


-“la molamos mano” ahora solo nos queda esperar las consecuencias, en todo caso gracias por su colaboración. Y se fue.


Al otro día, al llegar a clase con Don PEDRO FERRIZ, uno de los grandes locutores mexicanos, apenas entro al salón me dijo:

-García, usted anoche leyó un noticiero de Televisión.


-Sí señor, ¿me vio?


-Sí señor, pero… ¿usted tiene licencia de locutor?


-Sí señor.


Y él dijo:


-¿y por qué no había dicho?


-no me pareció oportuno decírselo.


-Bueno siendo así usted deja de ser alumno mío.


Todos quedamos estupefactos, y agregó:


-va a ser mi monitor en esta clase.


Mis compañeros aplaudieron y fue ahí donde empecé a ser profesor. Esto me dio pie, para pedirle a Pedro Ferriz, que me invitara a la sede de la AML, Asociación Mexicana de Locutores. Después la visitaba con frecuencia, y escribí varios artículos para su revista.


Un día, Don Pedro, me dijo:


-Jimmy he comentado con algunos colegas que usted se merece ser miembro honorario de nuestra asociación y le vamos a entregar su credencial en la próxima sesión solemne que es “tal día.”



Efectivamente, en dicha sesión solemne, Pedro, en su discurso como presidente de la AML , lo dijo, y de pronto una voz muy masculina por cierto, dijo: -ME OPONGO y se fue caminando a la tarima y tomó el micrófono y dijo: -no me parece lógico que una persona como nuestro amigo Jimmy García, que se ha integrado a esta asociación, que ha compartido con nosotros en varias oportunidades, se le nombre socio honorario, yo le pediría a esta asamblea, que lo justo, es que sea socio activo y cotizante de la AML. La respuesta para mí, fue algo indescifrable lloré y con voz temblorosa agradecí, ese gesto de mis colegas Mexicanos. Con el aval de ser miembro de la AML, pude trabajar en una emisora musical.


En una reunión social conocí a una niña, hija de un hombre que además de varios negocios, era dueño de cinco emisoras que tenían un sistema radial las cuales me llamaron mucho la atención. De las cinco emisoras, tres manejaban la música así: la primera se llamaba RADIO EXITOS; la segunda, RADIO NOVEDADES y la tercera, MUSICA LIGADA A SU RECUERDO. La primera, solo programaba la música que recién salía al mercado; después de un tiempo, esa misma música pasaba a RADIO NOVEDADES y por último, a MUSICA LIGADA A SU RECUERDO. Las otras dos emisoras estaban programadas con música juvenil. Gracias a la hija del dueño pude estar en las tres emisoras y vi cómo manejaban la programación, para la EMISORA DE EXITOS los discos tenían fundas de color rojo; las NOVEDADES, de color azul y LA MÚSICA DEL RECUERDO, de color verde. Esto facilitaba la programación de las tres emisoras.


Otra situación que me dejó gratos recuerdos, fue que cuando subí al tercer semestre. Me encontré con un alumno que era colombiano, al principio lo vi como una competencia o una rivalidad, por ser paisanos, pero lo mejor de todo es que fuimos magníficos compañeros, teníamos los mismos deseos de sacarle el mayor partido a lo que estábamos estudiando y por ello hacíamos las tareas los dos, discutíamos los planteamientos de los profesores para asimilar más y mejor sus enseñanzas. Este compañero se llama ALFONSO SALAZAR PATIÑO, manizaleño. Nos graduamos al mismo tiempo, después yo me vine para Colombia y él se quedo en México. Luego de unos años él regreso a Colombia y se radico en Bogotá , nos volvimos a encontrar, pero como era lógico al llegar aquí no tenía muchas conexiones, por lo que pude vincularlo con Jorge Barón para que trabajara en esa empresa durante un tiempo, pero después no volví a saber de él.


Otro grato recuerdo con mi compañero y amigo, Alfonso Salazar Patiño, fue que para conseguir unos pesos, pensamos en vender un producto que usaban las empresas productoras de llantas para los automóviles. Cuando me lo comentó, yo le pregunte:


- y como a quien le podemos ofrecer ese material

- yo mismo me repsondí,

- pues a ICOLLANTAS.


De inmediato nos pusimos a buscar donde estaba la fabrica en mención. Duramos si mal no recuerdo más de una hora, hasta que Alfonso me dijo:


- que brutos estamos equivocados esa fábrica no es mexicana es colombiana

- y yo le acoté: Nos traiciono el subconsciente.


Bueno de todos modos comenzamos a tratar de vender dicho material pero a la postre nos resulto muy difícil y desistimos, por lo que buscamos una oferta que nos habían hecho que era ir a las oficinas de los edificios, sobre todo de los ejecutivos a limpiar y desinfectar sus teléfonos. No era que ganáramos mucho, pero lo bueno era que mientras cumplíamos con nuestro deber, escuchábamos a los ejecutivos en sus reuniones y nos llamaba la atención la forma de actuar de dichos personajes, después Alfonso y yo, discutíamos lo que podía servirnos en el futuro.


 


Otro de mis recuerdos es de por sí circunstancial, antes de viajar a México vi una película mexicana con el titulo DIOS SE LO PAGUE, con el actor principal ARTURO DE CORDOBA, me impacto la actuación, por la forma de manejar el personaje, el porte varonil, la vocalización y la elegancia en cada uno de sus actos. Al llegar a México busque la manera de conocerlo en persona y como pregunté por él a varias personas, un día un compañero de estudios me preguntó que cuál era el interés de conocerlo, y cuando le estaba contando que lo había conocido en la película, me interrumpió diciéndome: -no mi “cuate”, mejor no siga preguntando, ese señor es un homosexual reconocido. Con eso me dejo frio y no volví a preguntar por él. Mas tarde, se presentó un hecho que me aclaró lo que decía mi compañero.


Estando una tarde reunido con un grupo de personas del medio, sentados en una mesa en TELEBOLITO, entró un señor y se dirigió a la mesa donde estábamos y saludó a dos de los contertulios y les dijo: -Los estaba buscando porque vine a traerles las invitaciones para la ceremonia de mi matrimonio con MAPITA CORTEZ, y los espero en el encuentro campestre para festejarlo. Mientras entregaba las tarjetas, uno de los que estaban en la mesa le dijo:


-Lucho, este señor que está con nosotros es colombiano y estudia aquí.



Enseguida, el señor que yo no sabía quién era, dirigiéndose a mi me dijo: -que bueno amigo colombiano que esté estudiando en México, yo quiero mucho su país, porque allí también me quieren, he estado muchas veces actuando en Bogotá, Cali, Medellín. Yo no sabía quién era el personaje, pero otro de los que estaban en la mesa, tal vez se dio cuenta de que yo estaba perdido y me aclaró: -no conocías a Lucho Gatica, te lo presento.


-En persona no lo conocía, pero como cantante mucho. Él, en Colombia, gustaba mucho.


Y Lucho que ya se estaba yendo me dijo:



-mira “mano”, me daría mucho gusto que nos acompañes a la ceremonia de mi matrimonio con Mapita, yo no tengo conmigo más tarjetas pero te prometo que mañana te dejo en la recepción, tu invitación. Dame tu nombre y nos vemos el sábado. Y qué bueno que Colombia este con nosotros.


Como es lógico, no podía faltar, yo no estuve en la iglesia, pero fui directo al club donde se llevaba a cabo la reunión campestre. Al llegar, casi todas las mesas estaban ocupadas, y yo no conocía a nadie, pero un señor que me vio perdido se me acerco y me dijo: -si desea, en nuestra mesa tenemos un puesto libre. Le agradecí y me senté en la mesa e inmediatamente otro señor me dijo:


-está usted sentado en la mesa de los psiquiatras.


-que bueno, le dije.


Después de un rato de compartir con ellos se me ocurrió aprovechar la ocasión para preguntar si lo que me había dicho mi compañero sobre ARTURO DE CORDOBA, era verdad. En forma muy diplomática y con algunos rodeos, le pregunté a uno de ellos si todos los de la mesa eran psiquiatras y cuando me dijo que sí, le volví a preguntar:


-¿es verdad que los artistas requieren mucho de su atención?


-claro, me contestó,


y volví a preguntar:


-Doctor, (en México solo a los Médicos y odontólogos se les dice Doctor) ¿usted conoce al actor ARTURO DE CORDOBA?


-¡claro hombre! él es un artista muy reconocido y, el Doctor que usted tiene al frente es el psiquiatra de él.


Entonces aproveché y dije:


-¿es vedad que él es homosexual?


Los que estaban más cerca, soltaron la risa, y uno de ellos dijo:


-eso es “voz populi”.


Afortunadamente, pude constatar que lo dicho por mi compañero era cierto y nunca más volví a preguntar por ARTURO DE CODOBA… para evitar malos entendidos.



 

En mi viaje a México, cumplí con todos los objetivos propuestos para llegar a ser profesional en todo lo relacionado con la COMUNICACIÓN SOCIAL. El titulo otorgado por el COLUMBIA COLLEGE PANAMERICANO, no solo me abrió las puertas en diferentes medios de comunicación en Colombia si no que me introdujo en la docencia en diferentes universidades, tanto nacionales como internacionales, por eso siempre con orgullo llevo en mi corazón el titulo de Productor y Director en las ciencias y artes de Radio y Televisión.







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