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  • Foto del escritorJimmy Garcia Camargo

Mi paso por la Radio Nacional

Actualizado: 21 nov 2020

Una de mis grandes satisfacciones en la radio, era ser asesor en distintos medios de comunicación, alternándolo con otras funciones que tuvieran que ver con radio.




En la década de los noventa, recibí una llamada, del que en ese entonces era el director de INRAVISION: Luis Guillermo Ángel, quien me contacto para que asesorara a la directora de la Radiodifusora Nacional de Colombia. Pasado un tiempo, la directora renuncia a su cargo, lo cual motivó a Luis Guillermo para nombrarme director de la Radiodifusora Nacional de Colombia.


Ser parte de las emisoras del estado, fue una de las mejores experiencias en mi vida profesional, dirigir un medio radial cuyo principal enfoque era informar sobre el gobierno nacional y la cultura colombiana en toda su programación.


Al llegar a la dirección, lo primero que hice fue modernizar el concepto tradicional de la Radiodifusora, desde el nombre hasta programas que estuvieran pasados de moda.

El sonido de identificación de la emisora, tenía como “audio tipo musical” un gong, que más invitaba a un entierro que a una emisora de cultura y representación colombiana.


Se me ocurrió contratar a un gran músico y compositor: ARMANDO VELASQUEZ, para que modernizara la identificación musical con base en un “popurrí” de música colombiana, ya que me parecía la mejor referencia para una emisora que promovía la cultura nacional; igualmente, le cambié el nombre tradicional de RADIODIFUSORA NACIONAL DE COLOMBIA por RADIO NACIONAL, puesto que el nombre anterior era demasiado largo y además obsoleto. Al hacer el cambio de nombre, se comenzó a identificar la RADIO NACIONAL con el eslogan LA VOZ DE LA CULTURA.

Una anécdota interesante con relación al nombre, que dicho sea de paso, ocurrió en la celebración de los 75 años de la Radio Nacional de Colombia, fue que el periodista Juan Gossaín llamó desde Cartagena al presidente de la república en ese entonces, Juan Manuel Santos y además de felicitarlo por la celebración, le comentó que el nombre de Señal Radio Colombia, el cual había nacido cuando se creo: Señal Colombia Sistema de Medios Públicos en el 2010, fuera cambiado de nuevo por Radio Nacional. En ese momento sentí una gran satisfacción, al saber que un reconocido periodista como Juan Gossaín, el presidente de la republica e incluso la misma audiencia, habían preferido conservar el mismo nombre que yo había instituido en el año 93: Radio Nacional de Colombia.


En mi paso por la Radio Nacional, Tuve la fortuna de conocer a magníficos colaboradores, tales como: RUBEN DARIO ACERO y ALVARO ECHAVARRIA, quienes se encargaban de programar todo lo relacionado con la cultura del país, con énfasis en la música colombiana.


Es importante destacar el hecho de que la Radio Nacional hasta el año 92, tenía como enfoque principal, poner música clásica y programas tradicionales, que fueran ya sea políticos o de historia musical antigua. Por tal motivo, nuestro trabajo era renovar la imagen de la emisora, cambiando el concepto clásico anterior y abanderar la Radio Nacional como promotora de la música colombiana, dándole así un grado de competencia con relación a las distintas emisoras en AM, que en ese momento se enfocaban en la música tropical. Sin embargo para mantener la identidad principal de la emisora, la frecuencia en FM siguió transmitiendo programas clásicos como lo venía haciendo, pero con pequeños espacios para la cultura colombiana. Incluso conservamos programas como el de OTTO DE GREIFF, quien era un reconocido y prestigio mentor de la música clásica en sus diferentes manifestaciones en el mundo.



 

La Radio Nacional es parte fundamental del gobierno de Colombia, por tal motivo instalamos nuestros micrófonos en el Centro de Convenciones de Cartagena, con una cabina de locución, desde donde teníamos un panorama completo del desarrollo del evento que allí se realizaba: la cumbre de LOS PAISES NO ALINEADOS con sede en Cartagena Colombia. Encuentro internacional de carácter político muy importante para el país.



Como representante de la emisora principal del estado, tuve la oportunidad de entrevistar al comandante FIDEL CASTRO, él estaba solo en el salón de conferencias mientras sus compañeros, en otro salón almorzaban. Después de saludarlo le dije


-Comandante, ¿por qué esta almorzando solo, mientras sus compañeros están en otro salón?


El me responde en un tono descompuesto y beligerante, que su almuerzo era especial, por razones de seguridad.


Aproveché para preguntarle por qué cambio su tradicional vestuario de comandante del ejército de la revolución, por la guayabera que lucía en ese momento y él solo me respondió con gestos de molestia, pidiéndome que me retirara del salón.



Una vez se retomaron las reuniones entre los presidentes convocados, le dije a Rubén Darío Acero, que fuera a cubrir las deliberaciones de los presidentes, desde el salón donde estaba la prensa, pero esta tarea no era fácil para ningún periodista de cualquier cadena, por la diferencia de idiomas; por esta razón los boletines en las mesas de trabajo y plenaria los estaban dando cada dos horas. A Rubén Darío se le ocurrió la idea de utilizar un traductor simultáneo electrónico que traducía 5 idiomas, el cual había tomado prestado y se ubicó en una zona estratégica dentro del cuarto de equipos destinado para el evento, teniendo un mejor acercamiento a las deliberaciones políticas y además le daba la oportunidad de reportar los boletines cada quince minutos. Cuando regresó al sitio donde me encontraba, me contó con detalle esta inteligente hazaña, la cual nos puso por encima de las distintas emisoras, en la transmisión de tan importante evento.


Con estos cambios y con la colaboración de todas las personas a mi cargo, La Radio Nacional ya estaba transmitiendo como cualquier emisora comercial, eventos de interés nacional. Incluso teníamos instalados estudios en el Palacio de Nariño desde donde transmitíamos los noticieros que realizaba el departamento periodístico de la emisora.



 



Un detalle curioso es que dentro de las instalaciones de INRAVISION, permanecía la unidad móvil de la RADIO NACIONAL, la cual un periódico local llamaba ELEFANTE VERDE. Lo llamaban así porque parecía ser un símbolo de color verde que recordaba épocas pasadas.


Al verlo me propuse con los técnicos, darle vida de nuevo al ELEFANTE VERDE y así poder utilizarlo en las transmisiones a control remoto. Logramos ponerla en funcionamiento y la llevamos al FESTIVAL DE BANDAS en Villeta (Cundinamarca), pero después del evento comprobamos que definitivamente este aparato era un ELEFANTE VERDE y que sus condiciones técnicas no estaban capacitadas para seguir en funcionamiento por lo que decidí volver a dejarlo en su lugar, donde permanece como símbolo de épocas pasadas en la Radio Nacional.



 


Aun como director de la Radio Nacional, aprovechaba el tiempo para crear programas que fueran de interés para la audiencia y que ayudaran a aumentar la sintonía de la emisora, tales como:


QUÉ SE DICE, QUÉ SE HACE: Un programa en donde Rubén Darío Acero, recorría varias ciudades y pueblos de Colombia para transmitir los festivales de auténtica cultura regional y nacional, logrando llevar la RADIO NACIONAL a lugares y eventos en donde se realizaban encuentros culturales en todos los rincones del país.


HABLA LA EXPERIENCIA: Otro programa que tuvo gran sintonía y que dirigía y presentaba doña ELENA BOTERO. Un personaje con facilidad para manejar y comentar los hechos con contenido cultural, con un gran sentido del humor.


RODANDO CON LA NOTICIA: Era un programa con información acerca del tráfico vehicular en Bogotá, el cual se transmitía a las seis de la tarde, hora “pico” al regreso de los trabajadores a sus hogares.


MUSICA ENTRE AMIGOS: Tuve también la oportunidad de llevar a la Radio Nacional a un gran hombre de radio, CARLOS PINZON: Quien llevó su discoteca musical clásica, para hacer un programa muy didáctico y ameno, el cual él mismo dirigía y comentaba.






 




Una de mis funciones como gerente de otras emisoras era estar pendiente de la parte técnica, sobre todo del sonido y de su cubrimiento con base en la potencia y la frecuencia de la emisora.


Como director de la Radio Nacional, también me encargaba de esta tarea, ya que para mí siempre ha sido muy importante la calidad de sonido en todas las emisoras en donde estuve.


Un día me fui a los transmisores de la Radio Nacional ubicados en el municipio del Rosal (Cundinamarca); allí se encontraba también una inmensa antena tubular, instalada en las inmediaciones del predio. Al llegar, la persona encargada de los transmisores de radio se sorprendió cuando le comenté que yo era el director de la emisora y me dijo:


-yo llevo muchos años aquí y nunca había venido nadie, ni directores ni nada-.


Este hecho me llamó mucho la atención, por lo que decidí buscar siempre un momento para ir a los trasmisores de las emisoras en AM y FM y así tratar de mejorar el sonido y la señal. Además reunirme permanentemente con los técnicos, hizo posible que parte importante de la Radio fuera el sonido.



 



Para darle más fuerza a este concepto, recuerdo que al llegar a la Radio Nacional, en la primera reunión con los directivos de INRAVISION y los técnicos de Radio y Televisión, pregunté qué pasó con la frecuencia de F.M. 95.9 que no estaba al aire.


El más antiguo de los técnicos me dijo:


-Esa frecuencia se perdió hace mucho tiempo, el Ministerio de Comunicaciones nos la quitó porque los vecinos del transmisor, en el barrio Calatrava de Bogotá, se quejaban de que la señal de la emisora se les metía hasta en los citófonos, el Ministerio nos pidió que la apagáramos y nos ordenó solucionar el problema, pero eso nunca se hizo-.


Sin embargo yo intentaba argumentarles, que esa frecuencia no estaba perdida, mientras que los que estaban presentes insistían en contarme la misma historia, pero como les aseguré que esa frecuencia no se había perdido ellos al final me dijeron:


-don Jimmy, esperamos que usted lo demuestre-.


Yo estaba seguro, porque como siempre visitaba el Ministerio de Comunicaciones como director de la Radio Nacional, para estar pendiente de como estábamos con las emisoras ante este ente regulador, volví al Ministerio a estudiar el estado de las emisoras que teníamos en ese momento y encontré que la frecuencia 95.9 en FM, estaba a nombre de la RADIO DIFUSORA NACIONAL DE COLOMBIA. Seguí estudiando el hecho y hablé directamente con el ingeniero de la sección de radio y le sugerí, que en el libro que estaba haciendo con todas las frecuencias otorgadas y sin otorgar para emisoras del país, reservara algunas, para la Radio Nacional que no hubieran otorgado aun. A él le pareció muy buena la idea y decidió dibujar un asterisco indicando que esa frecuencia estaba reservada para la Radio Nacional. Después le pregunté por el caso de la frecuencia 95.9 y el me dijo:


-esa frecuencia se la vamos a asignar a la emisora de la UNIVERSIDAD NACIONAL-.


Rápidamente le respondí:


-¡eso no puede ser!-


Y se lo manifesté por escrito, diciéndole que nosotros íbamos a tomar nuestra frecuencia y que ya la teníamos al aire, con copia al ministro de comunicaciones, a los ejecutivos de INRAVISION y a la dirección técnica.

Fue tanta mi seguridad y las ganas de recuperar esa frecuencia, que la logramos de nuevo, a pesar de que INRAVISION ya la daba por perdida. Es importante aclarar que la Radio Nacional depende de INRAVISION, sin embargo por fortuna, los que dirigimos la Radio Nacional tuvimos bastante autonomía.



 


Estando en la dirección de la Radio Nacional me preocupé por dos cosas esenciales: LA CALIDAD DE SONIDO Y DE PROGRAMACIÓN.


En cuanto al sonido, estuve pendiente de la parte técnica y para ello me asesoré de ingenieros especializados en esta materia, recuerdo por ejemplo a la empresa “IRADIO” del Ingeniero PEDRO GIL, a quien le encargué la emisora de FM 95.9 que era y sigue siendo la Radio Nacional “la de la Música Clásica”.


Después de largos estudios para mejorar el sonido y tener mayor cobertura, llegamos a la conclusión, que el problema radicaba en la antena, puesto que no estaba dando la respuesta necesaria para el sonido y el cubrimiento que buscábamos.


Por tal motivo, se hizo necesario ponernos en contacto con empresas especializadas en antenas; una de ellas era la española RIMSA, empresa que nos sugirió viajar a Madrid España, para conocer sus instalaciones y mostrarnos las antenas recomendadas para lograr lo que nosotros necesitábamos.

Ya con las especificaciones técnicas en cuanto a las características de la antena y las recomendaciones de RIMSA, solo nos restaba hacer el pedido de los equipos, el cual duró en llegar a Bogotá más o menos un mes. Una vez teníamos los equipos en nuestro poder y las indicaciones técnicas, decidimos instalar la antena y los transmisores en el barrio Calatrava, un sitio estratégico por su posición geográfica en torno a Bogotá. Después de todo este proceso, logramos por fin un muy buen sonido para la frecuencia 95.9 FM de la Radio Nacional.




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