Ya, En La Voz De Colombia

Esta emisora (La Voz de Colombia) tenía todo lo que uno pude pedir para desarrollar un trabajo de muy buena comunicación radial.

Una magnífica cabina de locución; estudios de grabación con equipos de alta tecnología; salas de redacción; estudios de grabación con tratamiento acústico para lograr diferentes planos, tanto de voces, como de instrumentos musicales; micrófonos especiales, como es lógico, conectados a un estudio de grabación con grabadoras de carrete abierto (marca AMPEX) y, claro, todos los componentes para darle a los sonidos ese “toque” de verdadera presencia de realidad; una máquina para cortar acetatos -que era la forma de imprimir el sonido para reproducirlo en los torna-mesas de la emisora y llevarlos después a la discoteca para su archivo-; un estudio alterno con un piano de cola y con conexión al estudio principal. En fin, tenía como se dice “todos los juguetes” y lo mejor, un personal que trabajaba con mística y profesionalismo.

Recuerdo entre ellos a Raúl Henao, un muchacho joven pero con un deseo de superación, sobre todo en la parte técnica, que compartía con maestros en la materia, como Guillermo Padilla, Pachito Cerón y Jorge Bustos.

Dos cosas que vale la pena destacar: La identificación de la emisora era así:

"ESTA ES LA VOZ DE COLOMBIA, 710 EN SU RADIO"

y se agregaba un mensaje comercial, que duró mucho tiempo y que lo decía el locutor de turno:

“SI ES MAYESTIC ES UNA BUENA CAMISA, PIDA CAMISAS MAYESTIC”

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Para mí fue algo maravilloso, poder tener todos los elementos, pues permitía dejar volar la imaginación apoyada en una muy buena producción radial. LA VOZ DE COLOMBIA, era propiedad del partido Conservador esto vale la pena destacarlo y tiene para mí un recuerdo especial. Estando sentado en la cabina de locución, en horas de mi turno y muy recién llegado como empleado, entraron a la cabina varios funcionarios, locutores, productores y otros más.Uno de ellos, tomando la vocería me preguntó:

-¿usted qué es? LIBERAL O CONSERVADOR

Yo me quedé mudo, sin saber que contestar. Rápidamente pensé, hasta aquí llegó mi puesto en esta emisora y les dije:

-yo no tengo partido político.

A lo que me replicó uno de ellos, en palabras textuales:

- deje de ser bobo, en Colombia se es liberal o conservador. Nada más.

Lo que inmediatamente se me vino a la cabeza fue jugarme el todo por el todo y decir la verdad, y les dije resuelto:

-Yo soy Liberal.

Todos en coro gritaron:

- !Salvó la Patria¡

Yo, desconcertado, pregunté:

-¿por qué?

Y me contestaron:

-porque el único conservador en esta emisora es el Gerente y… aplaudieron.

La verdad, pese a ser esa una emisora del partido conservador, nunca tuve ningún problema con mi afiliación política ni ninguno de sus empleados, que yo sepa, tuvieron problema alguno a ese respecto. Lo que realmente imperaba en la emisora, era el profesionalismo y la mística con que se trabajaba. La seriedad y gusto que cada empleado le imprimía a cada una de sus producciones, lo que hacía de la Voz de Colombia una verdadera empresa de telecomunicaciones.

En la VOZ DE COLOMBIA, compartí con verdaderos profesionales de la comunicación, como Julio Nieto Bernal, Pastor Londoño, Jaime Padrón, Lermes Lombana, Julio Echeverri Saavedra, Alberto Ríos García, el “Chato” Londoño, el “Chato” Latorre, que era libretista dé humor, y otros, por ejemplo: el jefe del departamento de grabación, Jorge Bustos, una persona que además de manejar muy bien sus equipos, era un gran conocedor de la Música Clásica e Instrumental, lo que nos permitía respaldar, con la música, los programas grabados resaltando y dando vida a a los libretos de los diferentes productores de la emisora.

Fueron varios personajes de grata recordación, por lo que no puedo olvidar a un señor libretista, CARLOS RAMIREZ ARGUELLES, el escribía para un programa que se llamaba “ENTRE EL LUCERO Y LA ANTENA” yo lo leía, mejor, interpretaba su libreto, era una maravilla, daba gusto darle rienda suelta al romance, a la fantasía de los sueños y a todo lo que la imaginación de un soñador o soñadora pueden pensar y sentir a las diez de la noche a media luz o sin luz, que era la hora del programa.

Tengo que recordar que como dice la canción: “se me olvido su nombre”. De mis destinos en la Radio seguiré teniendo el gusto de hacer cierto ese refrán que dice: “RECORDAR ES VIVIR”.

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Otra de las manifestaciones del destino

A los pocos meses de estar trabajando en LA VOZ DE COLOMBIA, me nombraron Asistente de la Dirección, lo que para mí significó una oportunidad más, para seguir sacándole provecho a mi profesión. Pero el destino seguía marcando mi camino, el director Eduardo Rueda, renunció, porque se iba como gerente de una Emisora en Cali. Por lógica consecuencia tuve que tomar transitoriamente el puesto de Director.

Para nombrar el nuevo Director, el Gerente de la emisora, Doctor Carlos Albornoz, nos citó a su oficina a todo el personal de locutores y productores y nos dijo:

-Como se sabe, el Director de la emisora renunció, por lo tanto, se hace necesario nombrar su reemplazo, y he considerado que debe salir de nuestro personal actual pues tiene la capacidad para asumir este cargo. Por ello, les solicito, que cada uno de ustedes, me presente una oferta de lo que considere debe seguirse haciendo en tan importante cargo.

Cuando estaba saliendo me dijo:

-Don Jimmy, no se vaya que necesito hablar con usted. (Debo recordar que yo estaba reemplazando al director en forma transitoria, mientras se nombraba en propiedad al nuevo director).

-como usted ha estado reemplazando al director, no necesita pasarme ningún proyecto porque hemos visto su desempeño; solo pase una carta, a la gerencia, en la que diga que como director encargado, espera sea designada la persona para entregarle el cargo.

Así lo hice. Todos y cada uno de los convocados presentó su proyecto y en la reunión de definición, el Doctor Albornoz, dijo:

-La junta Directiva de la emisora agradece la disposición de todos los convocados para mantener nuestra emisora en los primeros puestos de sintonía y espera su apoyo a la persona que la Junta ha elegido; se trata del señor Jimmy García Camargo.

Es difícil traducir en palabras lo que viví en ese momento. Hubo aplausos pero, igualmente supuse que muchos de los presentes se sentían descalificados, y naturalmente no faltaron las indirectas y hasta las directas, como si yo hubiera tenido injerencia en mi designación. Pero bueno, fue algo que tomé como una reacción humana de quien pierde en una contienda. A nadie le gusta perder.